Como todos los años por estas fechas nos dedicamos al tedioso pero imprescindible e importantísimo trabajo de planificación las siguientes temporadas en la huerta.
Las dividimos en dos: primavera-verano, otoño-invierno.
Empezamos la siembra a finales de marzo, por lo que muchos semilleros los hacemos en febrero. Aún hace mucho frío con lo cual hay que hacerlos sobre cama caliente. Esto es, sobre cucho de caballo (más antiguamente), o sobre una resistencia eléctrica (más en la actualidad).
Siempre trabajamos sobre plano, “deformación” profesional…
Observamos donde han estado ubicados los cultivos anteriores, y guiándonos con esto planificamos las rotaciones. Donde han ido solanáceas irán leguminosas y crucíferas, donde fueron éstas irán compuestas, quenopoideas y cucurbitáceas, y donde fueron éstas umbilíferas y liliáceas.
Una vez ubicados los cultivos calculamos las unidades a trasplantar con el mínimo marco de plantación. Planificamos también las asociaciones con el cultivo principal.
Sobre esto escribimos las fechas de trasplante, esto nos va a dar las fechas para hacer los semilleros de cada tanda.
Por último hacemos inventario de semillas: vemos cuáles se han gastado, con cuales nos tenemos que hacer de nuevo, y como están las semillas que sacamos de nuestros cultivos anteriores…
Este trabajo dura todo el mes de enero, mes en el que el trabajo propiamente de la huerta es bastante escaso. Es un trabajo intenso y con algún que otro quebradero de cabeza porque como siempre “no cabe todo”. Horas intensas de papeles y ordenador. Una maraña que en cuanto empiezas a desenredar observas la maravilla de los ciclos en tu pequeño universo…
¿Ya tienes tu huerta planificada? Descubre tips que te ayudaran
Como todos los años por estas fechas nos dedicamos al tedioso pero imprescindible e importantísimo trabajo de planificación las siguientes temporadas en la huerta.
Las dividimos en dos: primavera-verano, otoño-invierno.
Empezamos la siembra a finales de marzo, por lo que muchos semilleros los hacemos en febrero. Aún hace mucho frío con lo cual hay que hacerlos sobre cama caliente. Esto es, sobre cucho de caballo (más antiguamente), o sobre una resistencia eléctrica (más en la actualidad).
Siempre trabajamos sobre plano, “deformación” profesional…
Una vez ubicados los cultivos calculamos las unidades a trasplantar con el mínimo marco de plantación. Planificamos también las asociaciones con el cultivo principal.
Sobre esto escribimos las fechas de trasplante, esto nos va a dar las fechas para hacer los semilleros de cada tanda.
Por último hacemos inventario de semillas: vemos cuáles se han gastado, con cuales nos tenemos que hacer de nuevo, y como están las semillas que sacamos de nuestros cultivos anteriores…
Este trabajo dura todo el mes de enero, mes en el que el trabajo propiamente de la huerta es bastante escaso. Es un trabajo intenso y con algún que otro quebradero de cabeza porque como siempre “no cabe todo”. Horas intensas de papeles y ordenador. Una maraña que en cuanto empiezas a desenredar observas la maravilla de los ciclos en tu pequeño universo…
Una vez planificado y listo: ¡Empieza la fiesta!