Y una vez hecho este trabajo, que es súper importante, el siguiente paso es ponerse manos a la obra con los semilleros.
Para hacer un buen semillero tienes que tener en cuenta tres cosas súper importantes:
Unas buenas semillas: Siempre semillas ecológicas certificadas, buscar el sellito verde con las estrellas. También es importante que veáis la fecha de envasado y la caducidad, a veces en las tiendas se les despistan y queda alguna semilla muy antigua o caducada… Otra opción es sacar semilla propia de cultivos anteriores, más adelante dedicaremos otra entrada a esto.
Un buen sustrato: el sustrato es el recipiente sobre el que va a germinar la semilla y a crecer nuestro bebé plantita. Por tanto tiene que ser un lugar que cumpla todas las condiciones necesarias para crear vida y para hacer crecer nuestro pequeño organismo. Condiciones tales como: mantener una temperatura constante, mantener una humedad constante y una porosidad que deje respirar las raíces.
Un buen lugar: por estas fechas se supone que todavía hace bastante frío, y digo se supone porque en el momento que estoy escribiendo esta entrada es 13 de febrero de 2024 y estamos al sol a 32°C. Por lo que necesitamos un cubículo resguardado del agua de lluvia, del frío y del aire.
Una vez escogidas las semillas escogeremos el tamaño del recipiente. A semilla más grande recipiente más grande. Estos recipientes se pueden comprar, los hay de plástico o biodegradables. O puedes reutilizar materiales de casa, como por ejemplo hueveras o envases de yogur. O hacértelas tú misma con cartón. Aquí… ¡Imaginación al poder! Es importante que tengan un buen drenaje o que sea un material poroso para que no se encharque al regarlo.
Componentes del sustrato: una vez he elegido el recipiente donde vamos a aposentar nuestras semilla, deberemos de hacer la mezcla del sustrato. En las hortalizas del valle a través de los años de experiencia y utilizando diferentes materiales observamos que lo que mejor resultado nos ha dado es la siguiente mezcla:
Turba
Abono; en nuestro caso cucho de oveja en polvo.
Compost, restos de materia orgánica.
Perlita
Vermiculita.
¿Las cantidades? Pues para serte sincera yo las hago a ojo… Pero porque tengáis una noción sería como un 85% de turba, un 5% de abono un 5% de compost y un 5% de perlita. Con la vermiculita cubrimos los semilleros una vez puesta la semilla.
La profundidad de enterramiento de la semilla depende del tamaño de esta, siempre hemos la hemos de enterar de dos a tres veces su tamaño.
Es importante tener en cuenta la posición en la que enterramos la semilla. En semillas pequeñas es prácticamente imposible, pero en las grandes: calabaza, judías etc., la posición es importante ya que la ayudaremos a crecer con menos esfuerzo.
Por último acordaros siempre de marcar los semilleros: cultivo, variedad, fecha. Así no los perderemos de vista.
Una vez puesta la semilla regaremos abundante.
Colocaremos los semilleros en lugares protegidos. Por estas fechas hacemos uso de las camas calientes, que no son más que lugares que mantienen una temperatura constante por encima de los 15°C. Antiguamente estas camas calientes se hacían recuperando el cucho de caballo ya que este aporta mucha temperata. En nuestro caso usamos resistencias eléctricas, algo parecido al suelo radiante, y sobre ellas ponemos los semilleros. Después cubrimos con una manta térmica.
A partir de aquí solo nos queda esperar y tener mucha paciencia. Importante mantener la humedad regando con difusión.
Hay semillas que germinan en cuatro o cinco días, pero hay otras como pimientos o incluso el perejil que pueden tardar hasta 40 días… Así que paciencia y no desesperar.
Si te has quedado con dudas o te apetece hacer una clase práctica sobre el tema no dudes en preguntarnos, entre nuestras Ecoactividades contamos con talleres de semilleros para principiantes.
¿Cómo hacer un buen semillero?
En invierno, cuando todo está más tranquilo, planificamos los cultivos que irán en los próximos meses en la huerta. Si quieres saber cómo lo hacemos te recomendamos la siguiente entrada: “¿Ya tienes tu huerta planificada? Descubre tips que te ayudaran.“
Y una vez hecho este trabajo, que es súper importante, el siguiente paso es ponerse manos a la obra con los semilleros.
Para hacer un buen semillero tienes que tener en cuenta tres cosas súper importantes:
Una vez escogidas las semillas escogeremos el tamaño del recipiente. A semilla más grande recipiente más grande. Estos recipientes se pueden comprar, los hay de plástico o biodegradables. O puedes reutilizar materiales de casa, como por ejemplo hueveras o envases de yogur. O hacértelas tú misma con cartón. Aquí… ¡Imaginación al poder! Es importante que tengan un buen drenaje o que sea un material poroso para que no se encharque al regarlo.
Componentes del sustrato: una vez he elegido el recipiente donde vamos a aposentar nuestras semilla, deberemos de hacer la mezcla del sustrato. En las hortalizas del valle a través de los años de experiencia y utilizando diferentes materiales observamos que lo que mejor resultado nos ha dado es la siguiente mezcla:
¿Las cantidades? Pues para serte sincera yo las hago a ojo… Pero porque tengáis una noción sería como un 85% de turba, un 5% de abono un 5% de compost y un 5% de perlita. Con la vermiculita cubrimos los semilleros una vez puesta la semilla.
La profundidad de enterramiento de la semilla depende del tamaño de esta, siempre hemos la hemos de enterar de dos a tres veces su tamaño.
Es importante tener en cuenta la posición en la que enterramos la semilla. En semillas pequeñas es prácticamente imposible, pero en las grandes: calabaza, judías etc., la posición es importante ya que la ayudaremos a crecer con menos esfuerzo.
Por último acordaros siempre de marcar los semilleros: cultivo, variedad, fecha. Así no los perderemos de vista.
Una vez puesta la semilla regaremos abundante.
Colocaremos los semilleros en lugares protegidos. Por estas fechas hacemos uso de las camas calientes, que no son más que lugares que mantienen una temperatura constante por encima de los 15°C. Antiguamente estas camas calientes se hacían recuperando el cucho de caballo ya que este aporta mucha temperata. En nuestro caso usamos resistencias eléctricas, algo parecido al suelo radiante, y sobre ellas ponemos los semilleros. Después cubrimos con una manta térmica.
A partir de aquí solo nos queda esperar y tener mucha paciencia. Importante mantener la humedad regando con difusión.
Hay semillas que germinan en cuatro o cinco días, pero hay otras como pimientos o incluso el perejil que pueden tardar hasta 40 días… Así que paciencia y no desesperar.
Si te has quedado con dudas o te apetece hacer una clase práctica sobre el tema no dudes en preguntarnos, entre nuestras Ecoactividades contamos con talleres de semilleros para principiantes.